Hoy toca recorrer un paisaje totalmente diferente al de ayer. La Hoz de Beteta, un cañón escavado durante miles de años por el río Guadiela.
Tras el gran desayuno nos dirigimos a nuestro punto de partida situado en el área recreativa del Paseo Botánico de la «fuente de los tilos». Y no es para menos, porque nuestra ruta nos transporta a épocas ancestrales donde los tilos predominaban en el paisaje.
Recorremos la Ribera del rio rodeados de avellanos , tilos,majuelos y horquidias que para algunos del grupo pasan totalmente desapercibidas.
El sendero a tramos se vuelve oscuro de la exhubernte vegetación que predomina aquí.
Pronto adivinamos a los protagonistas de nuestra ruta, los tilos. Tilos centenarios testigos de épocas mejores que se anclan al suelo con sus troncos retorcidos en sitios imposibles.
Uno se imagina este cañón poblado de tilos como un cuento donde los troncos impregnados de musgo hacen el resto para hacer volar nuestra imaginación.
La ruta serpentea a la par que el rio,sube y baja, y de repente otro protagonista de la senda «el tejo de cañón» , anclado a la pared en una situación imposible pero verdadera.
El tejo, árbol sagrado y de crecimiento lento que sin duda permanecerá en Beteta muchos años más conociendo muchos grupos más.
Siguiendo nuestra ruta toca descubrir el tesoro escondido por los alumnos del año pasado. Tras unos comienzos vacilantes enseguida dan con el.
El cañón de vuelve más estrecho y sus paredes nos rodean
Precisamente en ellas encontramos uno de los endemismos del lugar . Sus plantas carnívoras cuyas hojas pegajosas atrapan a los minúsculos mosquitos.
Sin duda creemos que es el mejor sitio para esconder un tesoro testimonio de nuestra visita a la hoz de Beteta.
Nuestros pasos nos conducen a la fuente de los tilos donde vamos a reponer fuerzas.
Tras na estupenda comida,hicimos un tiempo de relajación y descanso hasta la llegada de nuestro guía que nos va enseñar otro punto de referencia. La cueva de la Ramera.
La ruta sigue regalándonos árboles centenarios de incomparable belleza Junto al río
Nuestra ruta sube hasta la rampa que atraviesa la casacada de la Ramera y por fin alcanzamos las escaleras de subida.
La cueva nos ofrece formas imposibles y colores ireales cuando nuestro guía nos explica las formaciones geológicas.
Tras un recorrido intenso por el interior de la cueva, toca volverse por nuestros pasos camino de un buen baño en las lagunas del Tobar.
Cena y a descansar. El Salto de Poveda nos espera!!!